EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

Sor Emmanuel Maillard vuelve a España

                                                  
Entrada relacionada en el blog:

Sor Emmanuel Maillard
            

Carta de Amor del Padre


            
                         CARTA DE AMOR DEL PADRE

Mi hijo, mi hija…


Puede que tú no me conozcas, pero Yo conozco todo sobre tí (Salmo 139.1)


Yo sé cuando te sientas y cuando te levantas (Salmo 139:2)


Todos tus caminos me son conocidos (Salmo 139:3)


Aun todos los pelos de tu cabeza están contados (Mateo 10:29-31)


Porque tú has sido hecho a mi imagen (Génesis 1:27)


En mí tú vives, te mueves y eres (Hechos 17:28)


Porque tú eres mi descendencia (Hechos 17:28)


Te conocí aun antes de que fueras concebido(Jeremías 1:4-5)


Yo te escogí cuando planeé la creación (Efesios 1:11-12)


Tú no fuiste un error, porque todos tus días están escritos en mi libro (Salmo 139:15-16)


Yo he determinado el tiempo exacto de tu nacimiento y donde vivirías (Hechos 17:26)


Tú has sido creado de forma maravillosa (Salmo 139:14)


Yo te formé en el vientre de tu madre (Salmo 139:13)


Yo te saqué del vientre de tu madre el día en que naciste (Salmo 71:6)


Yo he sido mal representado por aquellos que no me conocen (Juan 8:41-44)


Yo no estoy enojado y distante, soy la manifestación perfecta del amor (1 Juan 4:16)


Y es mi deseo gastar mi amor en tí simplemente porque tú eres mi hijo y Yo tu padre (1 Juan 3:1)


Te ofrezco mucho más que lo que tu padre terrenal podría darte (Mateo 7:11)


Porque Yo soy el Padre Perfecto (Mateo 5:48)


Cada dádiva que tú recibes viene de mis manos (Santiago 1:17)


Porque Yo soy tu proveedor quien suple tus necesidades (Mateo 6:31-33)


El plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza (Jeremías 29:11)


Porque Yo te amo con amor eterno (Jeremías 31:3)


Mis pensamientos sobre tí son incontables como la arena en la orilla del mar (Salmo 139:17-18)


Me regocijo sobre tí con cánticos (Sofonías 3:17)


Yo nunca pararé de hacerte bien (Jeremías 32:40)


Porque tú eres mi tesoro más precioso (Éxodo 19:5)


Yo deseo afirmarte dándote todo mi corazón y toda mi alma (Jeremías 32:41)


Y Yo quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas (Jeremías 33:3)


Si me buscas con todo tu corazón, me encontrarás (Deuteronomio 4:29)


Deleítate en Mí y te concederé las peticiones de tu corazón (Salmo 37:4)


Porque Yo soy el que produce tus deseos (Filipenses 2:13)


Yo puedo hacer por tí mucho más de lo que tú podrías imaginar (Efesios 3:20)


Porque Yo soy tu mayor alentador (2 Tesalonicenses 2:16-17)


Yo también soy el Padre que te consuela durante todos tus problemas (2 Corintios 1:3-4)


Cuando tu corazón está quebrantado, Yo estoy cerca a tí (Salmo 34:18)


Así como el pastor carga a un cordero, Yo te cargo a tí cerca de mi corazón (Isaías 40:11)


Un día Yo te enjugaré cada lágrima de tus ojos y quitaré
todo el dolor que hayas sufrido en esta tierra (Apocalipsis 21:3-4)


Yo soy tu Padre, y te he amado como a mi hijo, Jesús (Juan 17:23)


Porque en Jesús, mi amor hacía tí ha sido revelado (Juan 17:26)


Él es la representación exacta de lo que Yo soy (Hebreos 1:3)


Él ha venido a demostrar que Yo estoy contigo, no contra tí (Romanos 8:31)


Y también a decirte que Yo no estaré contando tus pecados (2 Corintios 5:18-19)


Porque Jesús se murió para que tú y Yo pudieramos ser reconciliados (2 Corintios 5:18-19)


Su muerte ha sido la última expresión de mi amor hacía tí (1 Juan 4:10)


Por mi amor hacía tí haré cualquier cosa que gane tu amor (Romanos 8:31-32)


Si tú recibes el regalo de mi Hijo Jesús, tú me recibes a Mí (1 Juan 2:23)


Y ninguna cosa te podrá a tí separar otra vez de mi amor (Romanos 8:38-39)


Vuelve a casa y participa de la mayor fiesta celestial que nunca has visto (Lucas 15:7)


Yo siempre he sido Padre, y por siempre seré Padre (Efesios 3:14-15)


La pregunta es... ¿quieres tú ser mi hijo? (Juan 1:12-13)


Yo estoy esperando por tí (Lucas 15:11-32)


Con Amor,
Tu Padre Omnipotente, Dios 


Fuente: 

Testamento espiritual. Luis IX de Francia

TESTAMENTO ESPIRITUAL DE SAN LUIS IX DE FRANCIA A SU HIJO


  "Hijo amadísimo, lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas; sin ello no hay salvación posible.

Hijo, debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirios antes que cometer un pecado mortal.

Además, si el Señor permite que te aflija alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien y que es posible que la hayas merecido. Y, si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas.

Asiste, de buena gana y con devoción, al culto divino y, mientras estés en el templo, guarda recogida la mirada y no hables sin necesidad, sino ruega devotamente al Señor, con oración vocal o mental.

Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades. Da gracias a Dios por todos sus beneficios, y así te harás digno de recibir otros mayores. Para con tus súbditos, obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón. Pon la mayor diligencia en que todos tus súbditos vivan en paz y con justicia, sobre todo las personas eclesiásticas y religiosas.

Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía.

Hijo amadísimo, llegado al final, te doy toda la bendición que un padre amante puede dar a su hijo; que la santísima Trinidad y todos los santos te guarden de todo mal. Y que el Señor te dé la gracia de cumplir su voluntad, de tal manera que reciba de ti servicio y honor, y así, después de esta vida, los dos lleguemos a verlo, amarlo y alabarlo sin fin. Amén" Acta Sanctorum Augusti 5 [1868]1, 546


 

El porqué de 30 años de apariciones de la Virgen en Medjugorje


       "Cuando nos preguntamos por qué la Virgen Maria se aparece por tanto tiempo, debemos mirar a nuestro alrededor y ver. ¡Hay tan pocos santos en nuestros tiempos! La Iglesia se está derrumbando, como cuando San Francisco. Observemos a las familias, cuántos divorcios, cuánto dolor, cuántos matrimonios cerrados al don de la vida. Observemos también cómo la droga y el alcohol se han integrado entre los jóvenes de los países católicos, de nuestras familias cristianas (...) Mejor que yo lo expresa el corazón de ese padre y esa madre cristianos que perdieron a sus hijos en la droga, en el alcohol, en el sexo, en la ambición. Ese dragón, ese enemigo, ha robado a nuestros niños.

La Virgen María se aparece para renovar la Iglesia a través de aquellos que le abren el corazón, que confían y aceptan sus mensajes. Ella quiere salvar a la Iglesia y por eso habla sin parar de oración. ¿Cómo vamos a salvar a la Iglesia si no oramos? ¿Acaso la Iglesia está construida sobre conocimientos teóricos? ¿Es la Iglesia una enseñanza, algo que se aprende de memoria, o es la propia escuela de la vida? ¡Vivir y dar frutos! Eso es lo que quiere la Virgen con sus hijos de la Iglesia, y es lo que ha sucedido ya con millones de personas. Porque hoy, desde Medjugorje, han partido a todo el mundo millones de jóvenes apóstoles que se ocupan de la familia y de la oración. Hoy tenemos miles de jóvenes vocaciones que se han enamorado de la Iglesia y de Jesús en el Monte de las Apariciones o en el de la Cruz, en la Comunión de la oración de Medjugorje. Hoy tenemos en el mundo millones de personas que se enamoraron del rosario en Medjugorje. 

 
  Nuestra desviación y nuestro engaño fue cuando nos creímos capaces de criar a nuestros hijos sin oración en familia. Nuestro engaño ha sido creer que lo suficiente era tener. Y eso fue lo que conseguimos, tener y tener pero al mismo tiempo perdimos todo lo que era básico para el hombre, porque el hombre no es solamente un ser intelectual y material, sino un ser que cree, que ama, que necesita orar para vivir y dar gracias a su Dios.

¿Y por qué tanto tiempo de apariciones? Si supiesen ustedes cuál es mi tristeza cuando un sacerdote de Estados Unidos me cuenta que para la Pascua sólo confiesa a una familia de su parroquia...O ese otro de Buenos Aires que tiene más de sesenta mil parroquianos y no confiesa a ninguno, sino que da la absolución general. Éstas son cosas dolorosas, pero reales ¿Y nos preguntamos por qué la Virgen se aparece? ¿Acaso ésa es la Iglesia que Jesús deseaba y en la que vivimos hoy? ¿Acaso es ésa la viña que Él plantó y que trae frutos sabrosos? ¿Y por qué entonces la Virgen se aparece? ¡Porque la necesitamos! Y durante tanto tiempo porque está esperando a todos aquellos que han emprendido el camino para venir pero aún no han llegado. 

  Yo de verdad siento hasta como un pecado y una ofensa la pregunta de por qué la Virgen María se aparece tanto tiempo. (...) ¿Sabe cuál es el problema? Que nosotros hemos pensado que podemos hacer algo en su lugar, que no la necesitamos. Pero eso es imposible. Ella tiene su papel en la Iglesia y nosotros no la podemos sustituir. Ese papel de la Madre tiene que permanecer para siempre, y ella, concienzudamente, lo cumple, como en Ain Karen (lugar de la Visitación a Isabel) Lo que pasa es que yo, nosotros, no somos Isabel, y esa es nuestra miseria. Mi pueblo y mi generación no somos Isabel, para que digamos "La Madre de mi Dios ha venido a nosotros, alegría nuestra, ¡es nuestra alegría estar con ella!"  No, nosotros preguntamos por qué tanto tiempo..."   

PADRE FRAY JOZO ZOVKO, párroco de Medjugorje en 1981, en el momento de las primeras apariciones. Extracto de la entrevista publicada en Medjugorje, de Jesús García (2009) Editorial Libros Libres 

                                                       

    "A la pregunta del pequeño Jakov en el año 1981: "Gospa, ¿cuánto tiempo vas a estar apareciendo?", Ella respondió: "¿Ya os habéis cansado de mí?" 

      También existen aquellas personas que creen en las apariciones de Medjugorje, pero sienten cierto malestar ante el carácter cotidiano y tan duradero de las venidas de María.

    - Hermana - me decía en octubre de 1993 monseñor Brandt, arzobispo de Estrasburgo, Francia (favorable a Medjugorje, él me habia dejado hablar en una iglesia muy grande de su diócesis) -, una sola cosa me molesta acerca de Medjugorje: ¿el hecho de venir así cada día y desde hace tanto tiempo, no será una falta de sobriedad de parte de la Santísima Virgen? 

       Salté entonces de mi asiento (¡lo que creo que no se debe hacer delante de un obispo!) y no pude dejar de contestarle: 

     - Padre, si usted tuviera un hijo accidentado, en el hospital, en estado de coma, entre la vida y la muerte, ¿no se quedaría día y noche a su cabecera hasta que saliera del paso?

      - Ah, veo...¡O sea que Medjugorje es la UVI!

      (...)

   Desde hace un siglo, ¿Lourdes no ha hecho más por la fe de un pueblo que todos los libros "racionalistas" de muchos teólogos? Hoy en día Medjugorje realiza ese mismo rescate, pero la dosis es mucho más fuerte, porque la enfermedad a la que se apunta no es solamente más grave: es mortal. 

    ¿Por qué dejarse desecar por el racionalismo, sutil trampa resbaladiza que inhibe el paso a la gracia? ¿Existe algun texto doctrinal que prohiba a la Madre de Dios venir a ver a sus hijos cada día? Ya a los fariseos les parecía que Jesús se excedía. Y nada ha cambiado. Pero el pueblo sabe muy bien reconocer Quién le habla, Quién le alimenta, Quién le sana; en una palabra: Quién le ama. Por eso las multitudes vienen a Medjugorje por millones."
 
SOR EMMANUEL MAILLARD Medjugorje, el triunfo del corazón Ed. Asociación Hijos de Medjugorje  2009

"¡Queridos hijos! Hoy también deseo invitarlos a tomar en serio y vivir los mensajes que Yo les doy. Queridos hijos, es por ustedes que Yo me he quedado aquí tan largo tiempo, para ayudarlos a poner en práctica todos los mensajes que les he dado. Por tanto, queridos hijos, vivan por amor a Mí todos los mensajes que Yo les doy. Gracias por haber respondido a mi llamada" Mensaje de la Virgen en Medjugorje el 30 de Octubre de 1986

“¡Queridos hijos!, desde hace mucho tiempo estoy con vosotros y así, desde hace mucho tiempo, os estoy mostrando la presencia de Dios y de su infinito amor, el cual deseo que todos vosotros conozcáis. ¿Y vosotros hijos míos? Vosotros estáis todavía sordos y ciegos; mientras miráis el mundo que os rodea, no queréis ver hacia dónde se dirige sin Mi Hijo. Estáis renunciando a Él, y Él es la fuente de todas las gracias. Me escucháis mientras hablo, pero vuestros corazones están cerrados y no me prestáis atención. No estáis orando al Espíritu Santo para que os ilumine. Hijos míos, la soberbia se está imponiendo. Yo os muestro la humildad. Hijos míos, recordad: sólo un alma humilde resplandece de pureza y belleza, porque ha conocido el amor de Dios. Sólo un alma humilde se convierte en un paraíso porque en ella está Mi Hijo. ¡Os agradezco! De nuevo os pido: orad por aquellos que Mi Hijo ha escogido, es decir, sus pastores.” Mensaje de la Virgen en Medjugorje el 2 de Febrero de 2012
AL MENOS 532 PERSONAS HAN SIDO CURADAS EN MEDJUGORJE (Medjugorje Today)
  "En promedio, casi un millón de Sagradas Comuniones fueron distribuidas al año durante cada uno de los primeros treinta años de apariciones en Medjugorje. Más de 500 personas creen que Medjugorje es el lugar donde fueron curadas a menudo de males incurables e incluso terminales, y casi la misma cantidad de sacerdotes adjudican su vocación a la visita al santuario.
 
La medición de los frutos de los primeros 30 años de apariciones en Medjugorje están siendo confirmadas por la archivista de la parroquia, Marija Dugandzic.
Las estadísticas clave de los primeros 30 años de apariciones revelan a una parroquia no del todo similar a la mayoría de las parroquias de un tamaño aproximado de 4,000 feligreses.
- 27 millones de Sagradas Comuniones fueron distribuidas;
- 540,000 visitas registradas de Cardenales, Obispos, sacerdotes y monjas;
- 532 curaciones han sido documentadas médicamente;
- 520 hombres han llegado a ser sacerdotes, como resultado de una visita al santuario;
- 123 mujeres se hicieron monjas, como resultado de una visita al santuario;
 
Transmitidas primeramente por un sacerdote franciscano durante la conferencia de Medjugorje en Irvine, California, del 21 al 23 de octubre la semana pasada, estas cifras fueron publicadas en portales y blogs de Internet, y los números son en realidad los correspondientes al 30˚ aniversario de las apariciones, confirma la archivista Marija Dugandzic a Medjugorje Today.
Siendo la cifra de visitas de clérigos y la de Sagradas Comuniones la más exacta y segura, un número incierto de curaciones y vocaciones no ha sido reportado, por lo que la cifra real en ambas categorías podría ser más grande si fuera posible conocerla" BARBARA CAMENGA MEDJUGORJE TODAY

Enlace relacionado:
La Virgen se apareció en Laus (Francia) durante 54 años
Padre Jozo: el mensaje de la Virgen María
Sor Emmanuel Maillard
Peregrino en Medjugorje

Las palabras del Papa para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid-2011


  "Pero yo vuelvo a decir a los jóvenes, con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado. En este contexto, es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida" Discurso durante la bienvenida en el aeropuerto de Barajas



 
  "Tenéis interrogantes y buscáis respuestas. Es bueno buscar siempre. Buscar sobre todo la Verdad que no es una idea, una ideología o un eslogan, sino una Persona, Cristo, Dios mismo que ha venido entre los hombres. Tenéis razón de querer enraizar vuestra fe en Él, y fundar vuestra vida en Cristo. Él os ama desde siempre y os conoce mejor que nadie." Saludo a los jóvenes de habla francesa en la fiesta de bienvenida en la Plaza de Cibeles




   
 
      "Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz. Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra alegría contagiará a los demás. Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo. Él murió por nosotros y resucitó para que tuviéramos vida, y ahora, desde el trono del Padre, sigue vivo y cercano a todos los hombres, velando continuamente con amor por cada uno de nosotros."  Discurso durante la fiesta de acogida en la Plaza de la Cibeles      




            "La radicalidad evangélica es estar “arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe” (cf. Col, 2,7), que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor (cf. San Benito, Regla, IV, 21), con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Rafael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud (...) Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado." Discurso durante el encuentro con religiosas jóvenes en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial



              
    "La juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad. Como ya dijo Platón: “Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos” (Parménides, 135d). Esta alta aspiración es la más valiosa que podéis transmitir personal y vitalmente a vuestros estudiantes, y no simplemente unas técnicas instrumentales y anónimas, o unos datos fríos, usados sólo funcionalmente. (...) Os animo encarecidamente a no perder nunca dicha sensibilidad e ilusión por la verdad; a no
olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación. Sed para ellos estímulo y fortaleza. (...) No podemos avanzar en el conocimiento de algo si no nos mueve el amor; ni tampoco amar algo en lo que no vemos racionalidad: pues “no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor” (Caritas in veritate, n. 30). Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador." Discurso en el encuentro con jóvenes profesores universitarios en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial






    "Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación." Homilia en el Via Crucis en la Plaza de Cibeles




  
   "La santidad de la Iglesia es ante todo la santidad objetiva de la misma persona de Cristo, de su evangelio y de sus sacramentos, la santidad de aquella fuerza de lo alto que la anima e impulsa. Nosotros debemos ser santos para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar. (...) Para imitar también en esto al Señor, vuestro corazón ha de ir madurando en el Seminario, estando totalmente a disposición del Maestro. Esta disponibilidad, que es don del Espíritu Santo, es la que inspira la decisión de vivir el celibato por el Reino de los cielos, el desprendimiento de los bienes de la tierra, la austeridad de vida y la obediencia sincera y sin disimulo (...)  Pedidle, pues, a Él, que os conceda imitarlo en su caridad hasta el extremo para con todos, sin rehuir a los alejados y pecadores, de forma que, con vuestra ayuda, se conviertan y vuelvan al buen camino. Pedidle que os enseñe a estar muy cerca de los enfermos y de los pobres, con sencillez y generosidad. Afrontad este reto sin complejos ni mediocridad, antes bien como una bella forma de realizar la vida humana en gratuidad y en servicio, siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la altísima dignidad de la persona humana y, por consiguiente, sus defensores incondicionales. Apoyados en su amor, no os dejéis intimidar por un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer a menudo son los principales criterios por los que se rige la existencia. Puede que os menosprecien, como se suele hacer con quienes evocan metas más altas o desenmascaran los ídolos ante los que hoy muchos se postran. Será entonces cuando una vida hondamente enraizada en Cristo se muestre realmente como una novedad y atraiga con fuerza a quienes de veras buscan a Dios, la verdad y la justicia (...) Alentados por vuestros formadores, abrid vuestra alma a la luz del Señor para ver si este camino, que requiere valentía y autenticidad, es el vuestro, avanzando hacia el sacerdocio solamente si estáis firmemente persuadidos de que Dios os llama a ser sus ministros y plenamente decididos a ejercerlo obedeciendo las disposiciones de la Iglesia." Homilia en la Santa Misa con los seminaristas en la Catedral de La Almudena




 
  "Estos testigos nos hablan, ante todo, de la dignidad de cada vida humana, creada a imagen de Dios. Ninguna aflicción es capaz de borrar esta impronta divina grabada en lo más profundo del hombre. Y no solo: desde que el Hijo de Dios quiso abrazar libremente el dolor y la muerte, la imagen de Dios se nos ofrece también en el rostro de quien padece. Esta especial predilección del Señor por el que sufre nos lleva a mirar al otro con ojos limpios, para darle, además de las cosas externas que precisa, la mirada de amor que necesita. Pero esto únicamente es posible realizarlo como fruto de un encuentro personal con Cristo. De ello sois muy conscientes vosotros, religiosos, familiares, profesionales de la salud y voluntarios que vivís y trabajáis cotidianamente con estos jóvenes. Vuestra vida y dedicación proclaman la grandeza a la que está llamado el hombre: compadecerse y acompañar por amor a quien sufre, como ha hecho Dios mismo. Y en vuestra hermosa labor resuenan también las palabras evangélicas: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).  Discurso ante los discapacitados de la Fundación Instituto San José



El mensaje que el Papa no pudo dar en la Vigilia a causa de la tormenta:



   "Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone.


  Queridos jóvenes, permitidme que, como Sucesor de Pedro, os invite a fortalecer esta fe que se nos ha transmitido desde los Apóstoles, a poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él. Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios.

De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios. Pienso que vuestra presencia aquí, jóvenes venidos de los cinco continentes, es una maravillosa prueba de la fecundidad del mandato de Cristo a la Iglesia: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15)" Homilia en la Santa Misa en Cuatro Vientos





     "Al volver ahora a vuestra vida ordinaria, os animo a que guardéis en vuestro corazón esta gozosa experiencia y a que crezcáis cada día más en la entrega de vosotros mismos a Dios y a los hombres. Es posible que en muchos de vosotros se haya despertado tímida o poderosamente una pregunta muy sencilla: ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cuál es su designio sobre mi vida? ¿Me llama Cristo a seguirlo más de cerca? ¿No podría yo gastar mi vida entera en la misión de anunciar al mundo la grandeza de su amor a través del sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio? Si ha surgido esa inquietud, dejaos llevar por el Señor y ofreceos como voluntarios al servicio de Aquel que «no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Vuestra vida alcanzará una plenitud insospechada." Discurso a los voluntarios de la JMJ de Madrid




    "España es una gran Nación que, en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica. Lo ha manifestado una vez más en estos días, al desplegar su capacidad técnica y humana en una empresa de tanta trascendencia y de tanto futuro, como es el facilitar que la juventud hunda sus raíces en Jesucristo, el Salvador (...)

Os invito ahora a difundir por todos los rincones del mundo la gozosa y profunda experiencia de fe vivida en este noble país. Transmitid vuestra alegría especialmente a los que hubieran querido venir y no han podido hacerlo por las más diversas circunstancias, a tantos como han rezado por vosotros y a quienes la celebración misma de la Jornada les ha tocado el corazón. Con vuestra cercanía y testimonio, ayudad a vuestros amigos y compañeros a descubrir que amar a Cristo es vivir en plenitud. (...) Los jóvenes responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y verdad el encuentro con Jesucristo, único redentor de la humanidad. Ellos regresan ahora a sus casas como misioneros del Evangelio, «arraigados y cimentados en Cristo, firmes en la fe», y necesitarán ayuda en su camino. Encomiendo, pues, de modo particular a los Obispos, sacerdotes, religiosos y educadores cristianos, el cuidado de la juventud, que desea responder con ilusión a la llamada del Señor. No hay que desanimarse ante las contrariedades que, de diversos modos, se presentan en algunos países. Más fuerte que todas ellas es el anhelo de Dios, que el Creador ha puesto en el corazón de los jóvenes, y el poder de lo alto, que otorga fortaleza divina a los que siguen al Maestro y a los que buscan en Él alimento para la vida. No temáis presentar a los jóvenes el mensaje de Jesucristo en toda su integridad e invitarlos a los sacramentos, por los cuales nos hace partícipes de su propia vida."  Discurso durante la ceremonia de despedida

Dios solamente opera en un alma en paz

     
      "Consideremos la superficie de un lago sobre la que brilla el sol. Si la superficie de ese lago es serena y tranquila, el sol se reflejará casi perfectamente en sus aguas, y tanto más perfectamente cuanto más tranquilas sean. Si, por el contrario, la superficie del lago está agitada, removida, la imagen del sol no podrá reflejarse en ella.

      Algo así sucede en lo que se refiere a nuestra alma respecto a Dios: cuanto más serena y tranquila está, más se refleja Dios en ella, más se imprime su imagen en nosotros, mayor es la actuación de su gracia. Si, al contrario, nuestra alma está agitada y turbada, la gracia de Dios actuará con mayor dificultad. Todo el bien que podemos hacer es un reflejo del Bien esencial que es Dios. Cuanto más serena, ecuánime y abandonada esté nuestra alma, más se nos comunicará ese Bien y, a través de nosotros, a los demás. "El Señor dará fortaleza a su pueblo, el Señor bendecirá a su pueblo con la paz" (Ps 29,11) 

       Dios es el Dios de la paz. No habla ni opera mas que en medio de la paz, no en la confusión ni en la agitación. Recordemos la experiencia del profeta Elías en el Horeb: Dios no estaba en el huracán, ni en el temblor de la tierra, ni en el fuego, ¡sino en el ligero y blando susurro (cf 1 Re, 19)!

       Con frecuencia nos inquietamos y nos alteramos pretendiendo resolver todas las cosas por nosotros mismos mientras que sería mucho más eficaz permanecer tranquilos bajo la mirada de Dios y dejar que Él actúe en nosotros con su sabiduría y su poder infinitamente superiores" JACQUES PHILIPPE La paz interior Ediciones RIALP Colección Patmos (2010)

Seguir las huellas de Jesús



  Jesús pasa todos los días a nuestro lado. Pasa muy cerca, de tal modo que si nos fijamos bien, podemos apreciar perfectamente sus huellas. 

 Generalmente Él ha estado en el sufrimiento de alguien próximo a nosotros: un familiar, un compañero de trabajo, un vecino, un desconocido con quien nos hemos topado en la calle, en una tienda, en un hospital, en una consulta del médico o en el despacho de un abogado. Y si aún tenemos dudas dónde verlo, siempre lo encontraremos en los pobres. En cualquiera de ellos está El, vivo y resucitado, esperándonos. El sufrimiento de estas personas es el mismo sufrimiento de Jesús en la cruz, que se sintió sólo, despreciado, injuriado, golpeado, herido y abandonado. Como dice Teresa de Calcuta:

"Uno puede salir a la calle y no tener nada que decir, pero tal vez haya un hombre en la esquina y uno se le acerque. Quizá él se sienta ofendido, pero esa presencia estará allí. Hemos de irradiar esa presencia que tenemos en nuestro interior con la manera de dirigirnos a ese hombre con amor y respeto ¿Por qué? Pues porque creemos que es Jesús. Jesús no puede recibirnos; para eso, debemos saber acercarnos a Él. Se presenta disfrazado en forma de esa persona que está ahí. En los menores de sus hermanos Jesús no sólo está hambriento de un trozo de pan, sino también hambriento de amor, de ser conocido, de ser tenido en cuentaMADRE TERESA El amor más grande Editorial Urano (1997)

    Este ejemplo que describe Madre Teresa es perfectamente trasladable a cualquier persona de nuestro entorno que tenga un sufrimiento. Cada vez que están cerca de nosotros, Él está escondido allí y Jesús ha dejado su huella en nuestra vida ¿Con qué intención? Con la intención de seguir sus pasos. Acercándonos a Él, le seguiremos en Su camino, porque Él también se acercó a ellos, los pobres, los olvidados, los enfermos, los abandonados, los rechazados. Acercarnos a ellos no es sólo acercarnos a Cristo en Su sufrimiento. Es también hacernos un poco más como Él. Es seguir su camino, es hacernos cristianos. Pero ¿cuántas veces vemos sus huellas en la arena?

    He elegido la imagen de arriba porque nuestra vida, cada día, es como la vida en un desierto. Muchas veces vivimos sin horizontes, sin saber dónde está nuestra meta. Nos levantamos y sólo tenemos a nuestro alrededor montañas de arena que nos impiden ver nuestro destino. Sólo vemos problemas y obstáculos. Además, al vivir en un desierto, no acertamos a ver un camino en medio de la arena. Simplemente seguimos a los demás pero ¿hacia dónde? ¿Conocemos nuestro propio camino? Posiblemente busquemos un oasis donde saciar nuestra sed y descansar. Pero ¿lo hemos encontrado? Jesucristo nos quiere llevar a ese oasis donde descansar. Y nos deja sus huellas cada día. Pero muchas veces no las reconocemos. No vemos a Cristo en los otros. Pasa el tiempo, y esas huellas en la arena desaparecen. El viento y el tiempo las han borrado. Hemos olvidado a esas personas. Hemos olvidado que sufren. Pero Cristo no se cansa de nosotros y cada día vuelve a pasar a nuestro lado dejando sus huellas. Él está en el sufrimiento más pequeño de nuestro prójimo, esperándonos en él, para llevarnos hacia Él. Hacia su casa. Hacia el oasis donde saciar nuestra sed de amor, nuestra necesidad de felicidad. Hacia la vida eterna.




   "La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la consolatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo" Homilia del Papa Benedicto XVI en el Via Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid

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El Pobre entre los pecadores

  "El bautismo de Juan tenía carácter penitencial: era un baño de agua que simbolizaba la purificación de los pecados; por eso Juan predicaba a la orilla del río, y quienes acudían a sus márgenes "confesaban sus pecados" (Mt 3,6) Marcos nos dirá que el bautismo de Juan era un signo de conversión, un rito "para el perdón de los pecados" (Mt 1,4; Lc 3,3). Con los textos evangélicos en la mano es difícil, por no decir imposible, sustraerse a la conclusión de que, colocado Jesús en la fila de los penitentes y pecadores, buscaba la "remisión de los pecados". ¿Por qué quiso someterse al rito inicial de los pecadores? ¿Acaso no era el Hijo de Dios, el sin pecado y el impecable, el Santo de Dios?"

(...)

    "Es inútil empeñarse en buscar explicaciones sutiles e imposibles. Estamos ante el resplandor de aquel a quien desde el principio hemos definido y calificado como el Pobre de Nazaret; estamos ante una música silenciosa convocando las voces de la noche para orquestar un nocturno. En una noche como ésta los chacales duermen, y las ondas bajarán hasta tocar el corazón mismo de la tierra.

          Estamos ante una de las escenas más conmovedoras del Hombre de Nazaret en su condición de Pobre: el Hijo de Dios, luz de luz y nardo perfumado, espera pacientemente en la fila de las fieras y los halcones, fornicarios y adúlteros, hombres vestidos de tempestad y ceñidos de puñal; él, el cordero blanco e inerme, esperando su turno como uno más entre los pecadores para entrar en las aguas purificadoras..., aquel día nació la Humildad, le nacieron alas potentes y escaló la altura más encumbrada."

  (...)

   "Todo ésto culminará en la cruz, pero aquí, a la orilla del río, la humillación es aún más lacerante, porque el Pobre desciende a las aguas envuelto en el barro de la inmundicia humana, pasando como un pecador entre los pecadores. Hemos llegado a la última plataforma de la Encarnación: el santo de Dios, siendo impecable, sometido a toda semejanza de pecado, hecho "pecador" con los pecadores, para elevarlos a la santidad de Dios" IGNACIO LARRAÑAGA. El Pobre de Nazaret Capítulo 2. Ediciones San Pablo (1990)

¿Hacia dónde conduces tu vida?

Nuestra vida es semejante a un transatlántico: la podemos dirigir hacia buen puerto o hacerla naufragar.

   En la vida de toda persona llega un momento en el que es consciente de que ha llegado el momento de tomar el timón de su vida. Unos le llaman emancipación; otros,  vida independiente; otros, "empezar una nueva vida". Otros lo viven así al formar un matrimonio y una nueva familia.

La sensación en ese momento es lo más parecido a tomar el timón de un barco: ya tenemos el control absoluto de nuestra vida y podemos dirigirla hacia cualquier rumbo en el extenso mar que nos rodea. No hay límites. No hay mayor sensación de libertad. Ya controlamos totalmente nuestra vida. A partir de entonces zarpa el barco. Pero ¿hacia donde?

La pregunta da paso al primer problema. El recién emancipado asume directamente las funciones de timonel, pero también usurpa las de capitán. Para el hombre contemporáneo secularizado la emancipación ha supuesto el último paso de desvinculación de todo lo que le recuerda a Dios. La "ruptura" con la familia o con personas de las que dependía ha sido el último capítulo de un camino de alejamiento progresivo de Dios que empezó con el abandono de la Iglesia a edad temprana y acabó con la supresión de todo vínculo que le pudiera condicionar. 

El timonel, pues, ha usurpado las funciones de capitán, pero lo que no sabe es que no está preparado para ejercer como tal. En primer lugar, no ha diseñado una ruta de navegación porque, simplemente, no se ha marcado un destino. Y es que el objetivo de su vida no era un puerto concreto, sino el control absoluto del barco. A partir de ese momento, el buque se convertirá en algo similar a un "juguete" en manos de un niño timonel. El otro problema es que lo que conduce no es una barca, sino un transatlántico: las dimensiones del buque le sobrepasan y no es capaz de ver más allá de la cubierta. Además, cuando consiga zarpar y sacar el buque del puerto le esperaran múltiples contrariedades que tendrá que afrontar: mar gruesa, marejadas, tormentas, averias en los motores, etc. 

El niño timonel no sabe a dónde va. Simplemente se siente feliz dirigiendo su barco, pero va improvisando su ruta. Es más, ni siquiera decide sobre ella: son los acontecimientos que le rodean los que se la marcan. El tercer problema es que en esta travesía no va solo. El intrépido timonel arrastra con él a otras personas a las que su vida/barco también les afecta. Algunas de ellas se embarcaron cuando se estrenó como timonel. Otras han ido subiendo en diferentes escalas. Otras, directamente, se han bajado en ellas al comprobar que ese barco no iba a ningun lugar. Y así vive el timonel. Navegando hacia ninguna parte. Hasta que un dia llega el momento final. 

 Su inexperiencia como capitán y su corta estatura no le permitieron conocer que atravesaba aguas peligrosas. Bajo ellas se ocultaban rocas que le provocaron una vía de agua. A partir de entonces, saltan todas las alarmas. El barco se hunde. "Sálvese quien pueda" dicen los que le rodean. Y el pequeño timonel piensa lo mismo. Busca una pequeña barca para salvarse, pero aparece el último y definitivo problema. No puede abandonar el transatlántico, porque el barco es él mismo. El epílogo de esta historia es bien conocido: el barco acaba en el fondo de las frias aguas del   océano. No hay punto de retorno. 

 Probablemente, cuando era niño, nadie le dijo al pequeño timonel que cuando se independizara seria libre para dirigir su barco, pero que necesitaria un capitán que le guiara. Que Dios le habia creado para que un dia fuera libre y tomara con  sus manos el timón de su vida, pero que Él queria ser su capitán y estar a su lado para guiarle en medio del océano, enseñarle a afrontar todas las tormentas y buscar las mejores aguas. Tampoco le dijeron que si tomaba el timón de su barco era para llevarlo a alguna parte y, por tanto, debia buscar un puerto. Su Capitán le hubiera hecho unas buenas sugerencias, para que el final de su vida acabara bien, acabara en buen puerto.

 Quizá no le dijeron que el barco era un medio y no un fin. Que el barco era demasiado grande para que él pudiera ver bien todas las aguas que le rodeaban y evitar chocar con rocas o con otros barcos. Que en ése puerto que el Capitán le hubiera recomendado habia una corte celestial esperándole con los brazos abiertos para celebrar que él también habia llegado a su destino, el Cielo, la tierra del descanso eterno y de la Paz.  Y que, en definitiva, el Capitán sólo queria su bien. No queria arrebatarle su libertad, sino ayudarle a desarrollarla, ayudarle a tomar buenas decisiones, a surcar buenas aguas y a buscar el mejor destino donde conducuir su barco y, a la vez, ayudar también a que otros barcos le siguieran hacia el mismo destino. Que su vida no era sólo suya. Que ella también estaba en función de otros. Y que del éxito de su travesía también dependian otros barcos que iban detrás de él. Probablemente nadie le dijo todo ésto. ¿O sí?



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